Toni Navarro
La cafetería donde sentirte "como en casa de tu abuela" "los sabores de la comida de tu madre"
Actualizado: 5 mar
Jamón al corte, muchas capas de simpatía y constancia conforman El Niño de Umbrete, se encuentra situado en un enclave privilegiado como es la calle Cervantes de Coria del Río, uno de los lugares con más solera del pueblo y lugar de encuentro de la ciudadanía coriana, donde se respira la creatividad de Fernando Amores Rivero. Con sus propias manos, el joven, que se dedica al mundo de la hostelería, puso en pie un local original y desenfadado en el que pretende potenciar la chacina, o los vinos. El niño de Umbrete, un imprescindible para tapear en Coria del Río: "Somos una cafetería de barrio" la cafetería hecho a mano: "No quería la típica cafetería, buscaba algo más loco" muchos años al “cortes de jamón” y “cervecita mirando a la esquina del reloj”

Paseando por la calle Cervantes, justo a la altura de donde comienza la calle Pinta, en su extremo más cercano dirección a la Ermita la Soledad, se puede encontrar "El Niño de Umbrete", una de las aceras para tapear más populares de toda Coria del Río. Abierta en 2010, esta cafetería se ha hecho un hueco como uno de los lugares imprescindibles del centro, donde corianos y visitantes pasan de vez en cuando a tomarse unas tostadas o saborear su comida. Fernando Amores es que regenta el negocio, antiguo salón de juego. “Para mí, Sebastián mi socio siempre significó mucho el centro del casco antiguo de Coria del Río, y no habíamos fijado en este local”. Su apuesta por la gastronomía andaluza y su enfoque en el cliente local han hecho de este uno de los lugares más concurridos para comer en el centro del pueblo.

El nombre del establecimiento tampoco se puso al azar, ya que un veterano cliente advirtió a su creador de que en su niñez, cuando le preguntaba por él, le solía decir "ah si el niño de Umbrete", lo que unido a su saber estar, le daba todo el sentido del mundo. En sus inicios, su carta era relativamente ilimitada, al igual que hoy, basándose principalmente en cerveza, vinos y todas clases de chacinas. “Veíamos que hacía falta en la zona lugares de tapas informales, me he encontrado con mucha gente que se ha hecho un viaje desde otras localidades para venirse aquí solamente por el vino o la chacina , y siempre me decían que les faltaba la experiencia en la calle”, señala Fernando
El interior de esta cafetería se encuentra inspirado en la cultura del vino y como indica su nombre, está “hecho a medida”. Fernando está convencido de que “un sitio no es solamente la experiencia de comer, sino que puede ser mucho más” y por eso se aventuró en este proyecto al que ha dedicado mucho trabajo durante años. “Yo tampoco quería hacer la típica cafetería porque no me motivaba, a mí me gustaba algo un poco más loco y diferente”

Esta experiencia gastronómica en un ambiente que refleja “lo mucho que hay detrás del vino”. “En la cafetería se ve lo tradicional, la explicación de vino, la cata, tienes la tradición, la historia, toda la parte clásica, y luego aquí se hace una cata maridada, es la fusión con la comida que puede ser divertida”, A su vez, Fernando Amores ha querido contribuir a la divulgación de la enología creando un espacio único que acoge carteles informativos con curiosidades y frases inspiradoras. “Yo creo que, si a una persona por la calle le hago una pregunta fácil al azar sobre el vino, no la va a saber responder”, vaticina.
El barrio y su gente
Cuando se peatonalizó la parte de la acera que pasa por la puerta del bar, hará unos años, pudieron instalar su ya conocida terraza, esa en la que pases a la hora que pases por la calle Cervantes, siempre ves a alguien. Y se acometieron reformas, las cuales apenas trastocaron ni la estética ni el espíritu del lugar, pero que agrandaron su cocina en todos los sentidos. “Teníamos claro que la reforma debía seguir proyectando, que somos un bar de barrio, no queríamos perder esa personalidad”.

Pero, pese a no querer desvincularse de esa conexión con la gente más cercana, la cafetería, que se encuentra en un lugar a pocos minutos andando de las partes más turísticas del pueblo, como puedan ser la Parroquia Ntra. Sra. de la Estrella o El Cerro de San Juan, ha ido viendo como llegaba hasta ella el visitante al pueblo. “Siempre nos hemos enfocado en la gente de aquí de Coria del Río. De hecho, tras el confinamiento, es de ellos de quienes hemos estado comiendo”. Pero entre esos clientes de las zonas cercanas, también se encuentran tiendas o propietarios de pisos turísticos, que junto con las numerosas guías de internet hacían (hasta la llegada de la pandemia) cada vez más frecuente la llegada de extranjeros.
“A pesar de que hemos notado esa afluencia, el porcentaje de nuestros clientes sigue siendo 80-20 entre locales y clientes de fuera. Ante todo pensamos en nuestro público de siempre”, aclara Fernando, que destaca que tienen clientes que acuden todos los días, aunque sea a tomarse una cerveza. Parte clave en todo esto es su personal, camareros como los de antes que llevan mucho tiempo en el local y que siempre tienen una broma amable con el cliente, como son Paqui Corrales o Cristina Amores “Mi padre decía que tapas hace cualquiera, pero el servicio y una atención óptimas a los clientes ya es más complejo”.

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La cocina
Pero sus tapas son su principal reclamo. Siempre fieles a la cocina tradicional andaluza, aunque experimenten todos los años con distintos platos, el estilo no deja de ser reconocible. “Por ejemplo, en Cuaresma hicimos varias tapas nuevas de bacalao, intentamos evolucionar siempre. Pero lo que no vamos a hacer es ponernos a hacer sashimi o ceviche”. Esa evolución sigue un patrón muy sutil cada año, en consonancia con la cocina y con el espíritu del lugar.
Y precisamente el Jamón al corte, es una de las especialidades estrella del Niño de Umbrete.
“Empecé aprender de mi padre hace más de 20 años y nos la han copiado en más sitios. Es un plato muy original y muy fino, además se sirve por encargo para llevar”. “Ese jamón lo cortamos nosotros y lo servimos al punto que sabemos que les gusta a nuestros clientes. Creo que es de nuestras tapas más buscadas porque los clientes nos dicen que no pueden encontrar en otros sitios”. Pero para conseguir esos resultados, es clave una materia prima de calidad, algo que Fernando Amores tiene claro que debe primar en su cafetería. “Es importante para nosotros tirar de proveedores cercanos, todos los productos la compramos en el pueblo. El 90% de lo que compramos es todo andaluz”.

En vinos, en cambio, sí se abren más a toda España, y aunque tengan imprescindibles de Jerez o Sanlúcar de Barrameda como la manzanilla o el palo cortao, en tintos reconoce que las condiciones climáticas de, por ejemplo, los Rioja, hacen que obtengan unos resultados que para conseguirlos en Andalucía, se necesitan condiciones más especiales y, por tanto, redunda en los precios. A pesar de ello, en El Niño Umbrete se pueden pedir vinos de Ronda, de Cádiz o de Bodegas del entorno.
Uno de los aspectos que han convertido en referente a esta cafetería-bar ha sido el no verse nunca invadido por extranjeros como otros establecimientos y zonas del centro, que el coriano y el visitante nacional no lo vean como un sitio de ‘guiris’. Para Fernando Amores, se debe en parte a que se han cuidado a su cliente de toda la vida para que vuelva. “Nosotros podríamos seguir adelante sin turistas”. Aunque reconoce el plus que supone en ingresos el extranjero, que además no coincide a la hora de comer con el español, que lo hace más tarde.

Sus precios también permiten que el cliente local pueda volver con mucha asiduidad. Unos precios, como antes señalaba, pensados en la gente del pueblo. Hasta tal punto, que tras el confinamiento, los bajaron en la terraza. “Sabemos que mucha gente ha perdido su trabajo o está afectada económicamente por esta situación, así que dijimos de bajarlos un poco”. Es encomiable que un lugar con cierta fama, en el centro y siempre con gente, no haya tenido la tentación de subir los precios durante estos años, y Fernando Amores tiene claro el porqué. “Nosotros queremos que nuestro cliente venga todos los días, y si está lleno a diario puedes bajar precios porque compensa”.
El ser un lugar con solera no le impide que en él se puedan ver desde reuniones de amigos comiendo hasta personas mayores, y a eso ayuda su precio y, por supuesto, su carta. En ningún momento han pensado en irse de este lugar ni franquiciar el nombre a pesar de haber conseguido el respeto del comensal coriano. Un comensal tan atraído por sus platos como por la amplitud de su carta. "Lo importante es que todo se venda en el día. Para tener una carta amplia tienes que vender mucho pero, también da la posibilidad de que es muy difícil que no encuentres algo que te guste". En este sentido, Fernando tiene claro que ayuda la gastronomía andaluza, que al ser tan variada y ofrecer tantas posibilidades, permite una carta de ese tipo sin tener que recurrir a platos de fuera de Andalucía u otros más exóticos. Y es por eso, precisamente, por lo que Niño Umbrete seguirá siendo uno de los sitios a los que recurrir habitualmente para comer en el centro: buen servicio, buen producto y precios económicos en lo que es ya todo un clásico de Coria del Río.

Para terminar, y qué mejor que una buena selección de quesos de la provincia, una tabla que comenzaba por un queso payoyo curado en manteca, seguido de un queso de cabra curado en oloroso al que le acompañaba un payoyo curado con ajo negro. Para este surtido ahondamos un poco más entre la bodega de vinos mayores de edad y es que los recursos de este lugar son inagotables.
Cafetería "El Niño de Umbrete", Fernando Amores quiere recalcar "Llevo 14 años en Coria del Río y me siento como un coriano más" en los años de vida, se ha convertido por méritos propios en un lugar de referencia para los amantes del vino y chacinas en la provincia de Sevilla, con un servicio de profesionales con un buen conocimiento de la materia y una carta que, aunque no es muy extensa, cuenta con algunos de los mejores productos de la zona. Un espacio que llevábamos mucho tiempo reclamando. ¡¡¡Así que a disfrutarlo!!!
GALERIAS FOTOS: TONI NAVARRO





En Listán tienen su concepto muy claro, que es “comernos Cádiz y bebernos el mundo”. Para ello, en este establecimiento se engloban varios modelos de negocio como son su tienda física y online, en la que podemos comprar cualquiera de sus productos. Abacería en la que cuentan con las mejores conservas, salazones, embutidos y quesos de la provincia de Cádiz, además de una serie de bocados en los que revisan algunas de las recetas más tradicionales de la provincia.
Vinoteca en la que cuentan con más de 450 referencias, mayormente nacionales, y de las que podemos disfrutar 220 por copas. Sin duda, es el lugar perfecto para hacerse un intensivo máster en enología si no se cae antes en el intento. Y la formación, uno de los pilares fundamentales de Listán, en el que intentan extender aún más si cabe la cultura del vino de una forma desenfada y libre de estereotipos y rigideces. Para ello cuentan con una programación mensual de catas en las que se realizan al menos una a la semana, además de su formación privada para grupos y asesoramiento gastronómico para restaurantes.
Volvemos a la carta de Listán, que para eso hemos venido. Una carta bien estructurada en la que comenzamos por unas excelentes gildas con un toque picante muy medido. En cuanto a la parte líquida, os recomiendo sin duda poneros en manos de Jonatan, no hay nada mejor que delegar la responsabilidad en otra persona y si además cuenta con el conocimiento de este sumiller para que más. Así que para este entrante nos sirvió un vermut 11 mil 130 de Primitivo Collantes.
En su apartado de salazones, Listán cuenta con una buena carta de anchoas elaboradas artesanalmente en Santoña y envasadas en exclusiva para esta Wine Tasca. Entre todas ellas, nos decantamos por una lata de anchoas en aceite de mantequilla, con unos lomos de buen porte muy carnosos y con una mantequilla que le da un punto láctico excelente e ideal para mojar pan que, además, es otro fuerte de este lugar, un pan artesano traído directamente de Chiclana del obrador del reputado panadero Daniel Ramos, de La Cremita. Para este plato Jonatan nos propone un fino Classic de Fernando de Castilla.
Pasamos a sus conservas con una de las mejores ventrescas de atún rojo que he probado por jugosidad e integridad de la pieza, realizada por la almadrabera Petaca Chico. Maridada perfectamente con La Escribana. vino de pasto elaborado por Willy Pérez.
En su apartado de embutidos, Listán cuenta con una gran variedad de chacinas que se dividen entre la sierra de Cádiz y Huelva, elaboradas por El Bucarito (Rota), y Gabriel Castaño (Cumbres Mayores). Para hacer un recorrido por todas ellas, nos ofrecen una selección en la que probamos la caña de lomo, morcón, salchichón, fuet y vela picante, todos ellos 100% ibérico de bellota, y una morcilla curada entre los que, honestamente, no sabría por cual decantarme, excelente calidad de embutidos que tienen en esta casa. Para estas chacinas el cuerpo nos pide un vino más contundente, para lo que le pedimos a Jonatan que nos saque alguna de las perlas que guarda entre sus vinos viejos, y cuál es nuestra sorpresa al traernos un Viña Tondonia de la legendaria añada de 1964. Una verdadera joya.
Os tengo que advertir que Listán es una trampa mortal. Lo que iba a ser un almuerzo ligero, dado el disfrute para un amante del buen comer y sobre todo el buen beber, se puede convertir en una auténtica bacanal. Pero ya, de perdidos al río, y nos dejamos caer en los brazos del disfrute, así que continuamos con unos chicharrones especiales al corte, fritos en manteca colorá, un detalle que parece nimio pero que los diferencia en sabor y textura del resto de este tipo de piezas que elaboran y se distribuyen en grandes cantidades.
Entre sus bocados nos llama la atención la versión tan particular que aquí hacen del dobladillo de caballa, el montadito típico gaditano a base de pan, caballa, mayonesa y tomate que en Listán le dan una vuelta de tuerca elaborándolo con un pan brioche tostado, mayonesa, caballa de almadraba y unos tomatitos Cherry confitados que son una explosión de sabor en cada bocado.
Otro de los bocados ya clásicos de esta Wine Tasca, es el mollete de lomo en manteca colorá con un lomo que elaboran en Chiclana muy jugoso y con una manteca para quitarse el sombrero.
Para terminar, qué mejor que una buena selección de quesos de la provincia, una tabla que comenzaba por un queso payoyo curado en manteca, seguido de un queso de cabra curado en oloroso al que le acompañaba un payoyo curado con ajo negro. Las notas exóticas la pusieron el queso de algas que elabora Suralgas y la única excepción foránea, un Stilton emborrachado en vino Monastrel. Para este surtido ahondamos un poco más entre la bodega de vinos mayores de edad de Listán con un Rio Viejo, un Oloroso de los años 60 y es que los recursos de este lugar son inagotables.
Listán Wine Tasca, en poco más de seis meses de vida, se ha convertido por méritos propios en un lugar de referencia para los amantes del vino en la provincia de Cádiz, con un servicio de profesionales con un buen conocimiento de la materia y una carta que, aunque no es muy extensa, cuenta con algunos de los mejores productos de la zona. Un espacio que llevábamos mucho tiempo reclamando. ¡¡¡Así que a disfrutarlo!!!