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  • Foto del escritorToni Navarro

Cocina con aires corianos en La Jarrita.

Actualizado: 15 feb 2022

En la entrada de Coria del Río por la antigua entrada de Sevilla, calle Batan frente al Paseo Fluvial, se ubica esta bonita cervecería que ofrece comida de siempre, pero con una vuelta de tuerca buscando dotar a sus platos de aires más sofisticados. Lo tradicional hecho vanguardia, en un entorno idílico.


El Guadalquivir es gastronomía, paraje y marisma. Es la fuente que se baña en la sal de Sanlúcar. La línea verde que riega los cotos y arrozales que se le acercan en el mapa. Es el cauce de las civilizaciones que por aquí pasaron. Las coplas que inspiró, las instantáneas a las que dio pie y el entorno y la cultura que se desarrollaron en sus orillas. De la particularidad de su hábitat, sus cultivos y las poblaciones que se asientan a sus márgenes, nace el proyecto La Jarrita, que trata de dar a conocer los productos de la zona y la comida autóctona.


En la entrada de Coria del Río por la antigua entrada de Sevilla, calle Batan frente al Paseo Fluvial, se ubica esta bonita cervecería que ofrece comida de siempre, pero con una vuelta de tuerca buscando dotar a sus platos de aires más sofisticados. Lo tradicional hecho vanguardia, en un entorno idílico. Se trata de un antiguo Naves encalado, reformado como restaurante, que cuenta con terraza exterior y un salón comedor interior muy luminoso. Su carta, recientemente actualizada, ofrece amplia variedad de platos. Destaca su Carrillada Ibérica, Berenjenas Parmesanas o Pollo con salsa de almendras. También La Jarrita ofrece diferentes tipos de fritos como lagrimitas con salsa Mostaza, Chocos fritos o las croquetas de cocido. Aquí es posible terminar la comida, o la cena, de manera relajada con alguno de sus postres tocino de cielo, crema tostada o tres chocolates.


Que el secreto de La Jarrita de ambiente familiar absolutamente conocido por la mayoría debido a su ubicación recogida es precisamente esto: una cocina tradicional de altura en el reverso de lo popular. Pero no. El secreto de La Jarrita es mucho más profundo que todo eso y se escapa de lo evidente. No lo conocen ni los que acuden aquí cada día. Y es que se sirve pincho de langostinos churrasco de cerdo, solomillo al whisky champiñón a la jarrita con jamón o langostinos, o esa paella los domingos. Siempre caliente, pero siempre sin precalentar. «Esa creación imposible me la llevo yo a la tumba o el suelto justo antes de marcharme», nos alivia Remedios Peña, acerca de su rareza extraordinaria del toque final. Y así abrimos un telón de humos que huelen a hogar y ollas con afán de madre.

Esta historia es coral y tiene múltiples protagonistas. Por eso, Remedios Peña, su mujer, se sonroja cuando escucha la palabra «creado». Ella es la cocinera, y algo tiene que ver en la receta. Se conocieron haces años en Coria del Río, «como debe ser», y desde entonces, juntos, se han abrazado a un legado valioso y difícil en el barrio del Guadalquivir. Herencia sobre la que cimentaron sus propias vidas. El trabajo palpitaba en las venas de todos y el río de conocimiento primario desembocó hacia otra cosa en el año 2008, mucho después de los ya lejanos inicios y de que Javier se quedase con el negocio. Con un lema, renovarse antes de caer al precipicio


El albero de las calles se marchó poco a poco junto a las ventadas de los nuevos tiempos. La zona cambió. Ellos, sin embargo, siguieron casi igual. En el recodo que por primavera alarga las noches con un manojo de azahar en una mano y una cuchara en la otra para levantar la crepe de jamón y queso o el pez de espada, «aunque las croquetas de cocido se me den mejor», aclara Remedios, la creadora. Fogones que evocan a infancia. A recuerdos de niño y recetas que se volvieron atemporales en la memoria.

Las principales diferencias generacionales en esta casa se reflejan en los paladares. Cuesta sugerir un solo plato imprescindible, una bandera, porque nos topamos con un empate técnico entre cazón de adobo y el chipirón a la plancha. Y el cliente, que no ha de tomar decisiones precipitadas, puede quedarse con los dos. También con la mini serranito y el mencionado pollo con salsa de almendras de calenturas eternas.


Trabajar en familia no parece sencillo. A unos les gusta la barra. «A mí», dice Javi. «Y a mí». Y de pronto entendemos que lo mejor y lo peor de realizar las labores diarias con los tuyos es precisamente lo mismo: la confianza. Esa que nos ofrece tranquilidad en todo momento y que también nos da carta blanca cuando manoseamos el concepto. A Javi Martin, le gusta ejercer como psicólogo con el carné de la experiencia y le engancha el trato con el público, la cercanía, las ventanas hacia fuera, disfruta con el sabor de las croquetas caseras en cuanto puede y porta el recetario más preciado debajo de la frente. También, eso sí, prefiere salir de la cocina y ver lo que se cuece entre las mesas al mediodía.


-Entró en la Jarrita en el 2008 año quedándose con el negocio. ¿Cómo ha sido esa evolución?

-Siempre he sido una persona responsable y me he implicado en el trabajo y el que ha sido mi mujer durante tantos años, Remedios Peña, confió en mí desde temprano. Aunque ella llevaba años trabajando. De modo que cuando el dueño la quiso traspasar pensó en nosotros, porque sabía que conocíamos esto y no tendría ningún problema en gestionarlo.

- ¿Hizo cambios cuando tomó las riendas?

-Mi intención es que todo siga siendo igual, defender el estilo de negocio que los anteriores propietarios han practicado durante décadas. Sí es cierto que he añadido algunas tapas más, como unas Berenjenas Parmesanas o Pollo con salsa de almendras, pero la esencia del bar sigue siendo la de siempre, sí me gustaría empezar a ofrecer desayunos, algo que nunca se ha hecho aquí, pero mejor esperaré a que pase la pandemia porque no corren tiempos para investigar cosas nuevas, sino para resistir. No nos está yendo mal, especialmente los fines de semana, pero hay que esperar a que la situación mejore.


- ¿Qué busca el público de La Jarrita?

-Rara es la mesa que no tiene lagrimitas con salsa de mostaza, croquetas de cocido y chocos frito. Son las señas de identidad del negocio y se llevan ofreciendo desde sus comienzos

- ¿Qué más recetas caracterizan su cocina?

-Tenemos desde pollo con salsa de almendras a cazón en adobo, churrasco de cerdo, solomillo al whisky roque o carbonara y pechuga de pollo entre otros. También papas bravas con mojo picón y pincho de langostinos. Mi mujer, Remedios Peña, es la alma master de la cocina, y yo siempre suelo estar detrás de la barra y me encargo de todas las gestiones que hay detrás del negocio.

¿Qué hacen para que La Jarrita no se quede obsoleto?

Mantenemos nuestra línea de siempre, pero sería absurdo quedarse solo en el pasado, sobre todo al hablar de cocina. Seguimos ofreciendo nuestras recetas de siempre, como los montaditos de pollo de jamón, lomo de jamón, solomillo al whisky, pepito de gambas o serrano de lomo o pollo… pero hemos ido incorporando otros productos que demandaba la clientela y que nos permiten mantener nuestra línea tradicional sin volvernos experimentales.

- ¿Viene solo gente del barrio?

-Al contrario, viene más gente de fuera, de otros barrios de Coria del Río, de Sevilla e incluso del Aljarafe. También vienen los vecinos, con los que tenemos muy buena relación, La Jarrita tiene sus días grandes, como el 6 de enero día de Reyes o que no cabe un alfiler más.



DATOS

Cervecería La Jarrita

Dirección. Batán s/n Coria del Río, Sevilla

Horario: De lunes a jueves de 11:30 a 016:30

Viernes, sábado y domingo 11,30 a 16,30 y de 20,00 hasta la 00:30

Teléfono 645 325 271 – 954 77 04 54

¿Tiene barril de Cruzcampo? Sí

Terraza Sí

Precio medio: 12 euros.








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