La Voz de Coria
Bar Campana, más de medio siglo celebrando goles y cofradía: “Aquí hemos llorado y reído”
Actualizado: 23 abr 2022
Hablar de tiempo libre en la vida de un hostelero siempre hay que colocarlo entre comillas. Esta profesión no entiende de festivos, puentes, casi ni de vacaciones. Pero siempre hay un momento para tomarse un respiro. En Bar Campana el cuadro cofrade contrasta con la buena atención al cliente y mimo en la cocina de sus responsables. Y allí, con un medio de fino o mosto de la tierra, Antonio y Asensio Verde Delgado, responsables ‘El Campana” se acerca para hacerme degustar algunos guisos y contarnos qué le atrae aquel lugar. La trayectoria que se cruzan en torno a una buena tapa y un buen vino.

Antonio y Asensio continúa con este establecimiento fundado por su tío Manuel Verde Delgado en 1967 que cumple 55 años reuniendo a cofrades, y amantes de la comida casera. El Campana es un emblema en el Barrio San José y de su pueblo Coria del Río, por sus 55 años de historia, sus célebres gambas rebozadas, flamenquín casero y papas aliña y cuando su tío Manuel pregonaba “Un mosto de Umbrete chato 40 céntimos”

Ellos imprimieron el sello que ha caracterizado Al Campana desde entonces: buena y simpática atención y una oferta siempre encaminada al público familiar. Desgraciadamente Manuel murió hace 20 años, haciéndose cargo ellos desde entonces. Y cuando decimos encargándose queremos decir ellos solos para todo como un escardillo, expresión cordobesa que se queda corta, pues atiende a los desayunos, cocina, a los que tapean o toman café por la tarde, recoge…el concepto multitarea ha encontrado aquí a su representante honoraria.
Antonio, junto a su hermano Asensio, el Campana, un negocio que lleva regentado por la misma familia desde hace 55 años. Este mítico local de la Plaza San José, junto a la Parroquia de San José, es uno de los bares más antiguo no solo de la zona, también de Coria del Río y del Aljarafe.

Arranca esta relación en la orilla norte del Guadalquivir. Entre su Parroquia y la Plaza de San, el Bar Campana levanta la persiana cada día a las 6.00 para ofrecer la comida que les ha dado fama en el pueblo: los desayunos. «Tenemos los mejores desayunos», confiesa Antonio, uno de su dueño. Sirven tostadas de mantequilla, aceite o carne mechada, entre otras, pero las estrellas de la casa son la tostada de aceite, tomate y jamón, la de mantequilla, la de pringa y la de sobrasada. La jornada es intensiva y larga, va de 6:00 a 23:00, de la hora de los desayunos a las cervecillas de antes de cenar. Famoso por sus gambas rebozadas, carne con tomate, flamenquín casero, lagrimitas de pollo y tortillas de camarón, es también un lugar de tertulia entre amigos y un punto de peregrinación para los visitantes.
La taberna abrió sus puertas en 1967, justo en el mismo emplazamiento donde se encuentra hoy en día. Una familia con su tío Manuel estuvo a cargo del negocio hastam1992, hasta que sus sobrinos heredaron la propiedad del bar. En 2022 El Campana cumple 55, Antonio asume orgulloso este honor: “Mi familia lleva 55 años aquí”, aunque explica que también han pasado por una serie de reformas: “El lugar no ha tenido apenas pequeñas transformaciones para adaptarse a los tiempos”.


Pero, ¿Qué supone El Bar Campana para una un barrio como el San José y un pueblo como Coria del Río? “Es una taberna emblemática, que dure tantísimo tiempo es una cosa totalmente inusual. Ha ido transformándose, pero la esencia se conserva. Es algo más que un simple bar, es un emblema de su Barrio y de Coria. Antes había cosas similares, pero se han ido perdiendo, con esa antigüedad apenas quedan. Pasar de generación en generación es complicado”, cuenta Antonio. La intención es que siga manteniendo este carácter y que dure mucho más, “aunque para que dure debe ser rentable y con gente que quiera trabajar”.

Entre los destacados de la carta se encuentran, para los incisivos más carnívoros, el churrasco de cerdo y queso costilla a la plancha, el pinchito de pollo, dedicado a paladares del mar merluza frita y merluza frita, o la ensaladilla rusa, sobre todo en temporada de primavera-verano. "En general, todos los montaditos salen muy bien porque usamos pan muy bueno, hecho con harinas ecológicas por El puchi", agrega Antonio.

El Bar Campana, según relata uno de su propietario, Asensio “ha vivido todas las vicisitudes que ha tenido el pueblo, ha sufrido con el pueblo”. Las diferentes crisis, el cambio de modelo de pueblo, la pandemia… todo ha afectado a un negocio que sigue viviendo de las visitas de los corianos, aunque como lugar imprescindible que es, también es punto obligado para los cofrades: “Hay clientes nacionales y de fuera que cuando regresan a Coria del Río vuelven al Campana, porque Coria es un pueblo donde la gente quiere volver”.

Asensio, desde la barra de su negocio, ha vivido no solo los cambios de la ciudad “antes los negocios duraban alrededor de 20 años”, sino los cambios de las generaciones de parroquianos afines a El Campana: “Tras tantos años trabajando conoces a mucha gente y es satisfactorio, pero también ves a muchos clientes que se quedan en el camino”, relata.
“La manera de vivir ha cambiado mucho, la gente se ha ido del centro de la ciudad”, explica Asensio con cierta resignación. “Coria del Río ha tenido una gran transformación y ha perdido parte de su identidad y muchos de sus comercios tradicionales, y esto también marca un pueblo, no solo los monumentos”.

Los mejores recuerdos de Antonio y Asensio son los que guarda de sus clientes, los ya abuelos que venían con sus hijos y luego con sus nietos, “gente que se ha casado y ha venido aquí a hacerse las fotos”. Y es que, los clientes no solo acuden a El Campana a comer, es también un lugar de charlas y tertulias, una referente para muchos corianos/as

Mientras los alrededores cambian, y mucho, El Campana permanece no sólo con el mismo nombre, sino con el mismo aspecto de siempre. Un verdadero bar de barrio por el que ya han pasado generaciones de clientes, que guarda la memoria de Asensio y Antonio, y al que le quedan muchos años. A Carlos y Asensio Verde Delgado le gustaría que El Campana fuera recordado “por ser un sitio agradable que mucha gente de Coria del Río guarde en su memoria y conserve en su mapa”.